sábado, 3 de noviembre de 2007

Despierto con tu rostro

Despierto con tu rostro
y tus manos fundidas en mi.
Duermo con tu cuerpo
engarzado en mis sombras
y cada amanecer
al encender su trino las aves
me aferro a tu ausencia.

Me levanto y camino
recorro calles y edificios.
Respiro profundo
observo y te veo.
Estás ahí
sentada a mi lado.
Al anochecer
las aves se despiden
con un vuelo en bandada
me aferro a tu voz
y luego duermo