domingo, 4 de noviembre de 2007

Ave pasajera

Recorre el ave expresando
la perfecta armonía de su cuerpo.
Así te veo amiga mía:
Una delicia de pliegues y recovecos,
un alfabeto de miradas y expresiones,
una decisión, y una voz.
Tu ternura no tiene fin...

Caminando eres
como el ave
en la orilla del mar,
y cuando corres
la síntesis del ir y venir
como las olas en la arena
tras la ave pasajera.

¿Sí te vieras danzar?,
¡tus caderas, madre mía!
enturbian la memoria del bueno,
rompen la cadencia de la inocencia.
Y surge fuerte el temporal libidinoso
que solo quiere seguir tu movimiento
dejando los vidrios empañados
y el suspiro aliviado

Mi ritmo vegetal se cubre
con tu rasante vuelo.
Sobre el tejido marino
en mis aguas cristalinas
comienzas a planear,
musa, ¿qué viene a buscar
la perfecta armonía de tu cuerpo?.